Un año ya, resulta casi imposible creer que estemos a tan
sólo unas horas de cumplirse el primer aniversario (16/9/1940 - 1/8/2013). Un
aniversario muy triste pese al año que hemos vivido recordándote y conmemorando
todo lo que nos legaste.
Quizás existan muchos ejemplos en la historia de una vida
dedicada a una pasión, pero pocos podrán decir que marcaron tanto la historia
en la música procesional.
Algunos lo recordaremos con cariño, otros con respeto,
quizás alguno con envidia, lo que sí es cierto es que Manuel Rodríguez Ruiz no
dejaba a nadie indiferente.
Hoy puedo decir sin temor a equivocarme que la Agrupación
Musical Santa María Magdalena no sería lo que ha sido, lo que es y puede que lo
será sin la figura del que siempre recordaremos como nuestro eterno director.
50 años dedicados a una misma formación, evolucionando desde
diferentes situaciones históricas y musicales, con los mismos valores de lucha,
superación, esfuerzo, honradez y humildad, que hicieron que en el mapa se
ubicase de forma destacada una población de la campiña sevillana: Arahal.
Da que pensar que una localidad de poco más de trece mil
habitantes haya sido capaz de lograr la creación de un estilo musical que se ha
extendido por toda España.
El origen de las agrupaciones musicales es Manuel
Rodríguez Ruiz y su pueblo, Arahal.
Una historia que desfila allá por donde va su banderín azul
y blanco, haciendo gala de lo que son nuestros valores, conservando y
manteniendo los cánones y características de las agrupaciones musicales, sin
renunciar a una permanente renovación mantenida a lo largo de los últimos
cincuenta años.
Hace un año decidimos guardarte luto, 365 días que nuestra
imagen ha estado siempre acompañada por un crespón negro dedicado a tu memoria.
El próximo 2 de Agosto ya no habrá crespón, pero siempre estarás presente,
donde quiera que vayamos, en cada cosa que hagamos, recuerda que siempre serás
nuestro guía.
Es probable que mañana unas flores adornen el lugar donde tu
cuerpo descansa, puede que otras adornen tu busto, yo te quiero regalar y
recordar a través de mis palabras, un humilde pero el más sincero homenaje que
puedo demostrarte.
Daría cualquier cosa porque mañana no fuera el aniversario
de un día tan aciago. Parece que las nubes que hoy cubren tu cielo presagian lo
que nunca quisimos que ocurriese. Desde donde estés espero que sepas que te
echo mucho de menos, gracias por tantas cosas, pero sobre todo gracias por ser
mi amigo.
María Ruiz Mayo